En cuanto a la depresión crónica, las últimas cifras publicadas por Eurostat se remontan a antes de la pandemia (2019), año en el que el 7,2% de los europeos la padecían. Este porcentaje fue un punto inferior entre los jóvenes de 25 a 34 años en el conjunto de los veintisiete, una brecha que variaba según el país.
Fue superior al de la población general sobre todo en países como Suecia (que registró la mayor diferencia con un 17,3% de jóvenes frente al 11,7% de cualquier edad), Dinamarca (14,3% y 10%) o Alemania (14,1% y 11,6%).
En el lado contrario, en Rumanía apenas se registró un 1% de población con depresión (entre los jóvenes un porcentaje del 0,6%), mientras que en Bulgaria el 1,2% de la juventud la padeció frente al 2,7% de personas de todas las edades.
Destacaron, así mismo, las brechas de Croacia (11,6% general y 1,5% entre jóvenes) e Italia (5,3% y 1,8%). La diferencia de España también fue en este sentido: menos jóvenes la reportaron (2,7%) frente al 5,7% entre personas de cualquier edad, ambas tasas por debajo de la media de la Unión Europea.
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En comparación con el otro año con cifras disponibles (2014), la depresión crónica creció entre los jóvenes de todos los países europeos salvo ocho donde se redujo: Chipre, Eslovenia, Bulgaria, Finlandia, Rumanía, España Croacia e Irlanda. En todos estos países cayó entre 0,1 y 1 punto, salvo en Irlanda, donde se descendió hasta seis.
Los mayores aumentos los mostraban también en 2019 países del norte de Europa como Dinamarca (+5,7 puntos más), Suecia (+4,2 puntos) y Alemania (+4,2 puntos).